Humedades

Jorge Sanfulgencio Tomé

Las humedades son un problema demasiado habitual en la edificación, hasta el punto de que vemos como algo normal que un edificio las tenga. La mejor forma de corregirlas es sabiendo identificarlas rápidamente.

En este post recogemos de forma muy resumida los cuatro tipos de humedades que pueden llegar a producirse en un edificio, sus causas, cómo identificarlas, evitarlas y solucionarlas, así como las soluciones que no se deben llevar a cabo aunque mucha gente las elija por ser las más económicas. Si tiene una humedad en su vivienda, local, oficina o aparcamiento, puede usar este artículo para informarse mejor acerca de las causas de la misma, pero lo más recomendable es siempre contar con un profesional que pueda analizar la humedad y dar con la mejor solución posible.

1. Humedades accidentales

Ejemplo humedades accidentales

Causa – La rotura o fisura en una instalación que lleve agua, ya sean tuberías de suministro o de desagüe. La rotura se puede deber a:

  • Sobretensiones, debidas a las dilataciones y contracciones de los materiales en uniones rígidas.
  • Acciones mecánicas, debidas a acciones puntuales exteriores sobre el edificio, por el mal uso del mismo.
Causas de rotura en tuberías.
Causas de rotura en tuberías.

Cómo identificarlas – Al tratarse de pequeñas roturas o fisuras, el agua está más concentrada y por lo tanto las manchas son puntuales y aisladas. Suelen ser humedades de formación muy acelerada, y si se producen en el techo pueden acarrear goteras. Otra forma de identificarlas es ver si existe una relación entre la aparición y crecimiento de la mancha y el uso de los cuartos húmedos del edificio o la presencia de lluvias, es decir, ver si la humedad empeora cuando pasa agua por las tuberías.

Cómo evitarlas – Con la colocación de pasatubos y coquillas que otorgan a las tuberías que llevan el agua holgura suficiente en todas las direcciones para evitar roturas. Y, por supuesto, con el correcto uso y mantenimiento del edificio.

La introducción de pasatubos y coquillas aporta a las tuberías la holgura necesaria para evitar roturas.
La introducción de pasatubos y coquillas aporta a las tuberías la holgura necesaria para evitar roturas.

Cómo solucionarlas – La correcta solución de estas humedades implica la demolición o picado de la zona afectada hasta descubrir la tubería rota, el saneamiento de la zona y la sustitución parcial o total de la tubería dañada con el uso de un pasatubos o coquilla.

Cómo NO solucionarlas – Sellando o tapando la fisura. Si ha roto una vez es probable que vuelva a ocurrir.

2. Humedades por filtración

Causa – Este tipo de humedad se da cuando el agua de origen externo, ya sea lluvia o aguas subterráneas, encuentra paso directo hasta un material poroso, con capacidad de absorción de agua. Este paso del agua se produce principalmente por una mala ejecución en obra, principalmente en la colocación del impermeabilizante y en la elaboración del desagüe de aguas del edificio. Las vías de penetración más usuales son:

  • Juntas constructivas
  • Juntas de dilatación
  • Juntas practicables (Puertas y ventanas)
  • Roturas, como grietas y fisuras
Las caras expuestas a los vientos dominantes tienen una mayor posibilidad de presentar humedades por filtraciones.
Las caras expuestas a los vientos dominantes tienen una mayor posibilidad de presentar humedades por filtraciones.

Cómo identificarlas – Este tipo de manchas pueden surgir en paramentos expuestos al exterior o en aquellos que están en contacto con el terreno. Suelen tener una relación directa con la lluvia, excepto en los sótanos más profundos donde la humedad puede ser causa de las aguas subterráneas. En la mayoría de los casos este tipo de humedad provoca el desprendimiento de los acabados y, a largo plazo, puede causar daños estructurales. Este tipo de humedad va acompañada en muchas ocasiones de eflorescencias, unas manchas de color blanco que se generan en las superficies afectadas cuando el agua filtrada lleva sales solubles.

Cómo evitarlas – Con la correcta impermeabilización de las fachadas, las cubiertas y todos los elementos del edificio en contacto con el terreno. Es muy importante saber la posición correcta del impermeabilizante, si se coloca indebidamente dejará de sernos de utilidad.

Cómo solucionarlas – Se debe comenzar por las correspondientes comprobaciones de los paramentos afectados y de los canales de desagüe. Para ello es recomendable realizar una calas en muros y forjados para conocer el estado del impermeabilizante y calas del terreno para saber la altura del nivel freático. Dependiendo de la zona afectada la solución puede variar enormemente, de colocar un impermeabilizante en cubierta hasta tener que realizar una excavación para arreglar desde el exterior los muros de contención de un sótano. Aunque haya mucha variación según dónde esté la humedad, siempre se debe realizar un estudio previo para detectar el origen y luego tomar la medida necesaria para la reparación, soluciones hidrófugas, nuevos revestimientos estancos, nuevo sellado de juntas…

Cómo NO solucionarlas – Lo que no se debe hacer con las filtraciones es ocultarlas o simplemente desviarlas. Las soluciones superficiales al interior a través de trasdosados, laminas drenantes o sistemas nuevos de canalización y desagüe de las aguas, incluso cuando están perfectamente ejecutadas no solucionan el problema, lo tapan. Estás soluciones evitarán la aparición de más humedades en esa zona pero si no se conoce el origen de la humedad lo más probable es que vuelva a surgir en otro punto.

3. Humedades por capilaridad

Ejemplo humedades por capilaridad.jpg

Causa – Si las humedades por filtración se producen por la absorción del agua a través de intersticios macroscópicos, en la capilaridad pasa algo muy similar pero distinto, las humedades surgen por la succión del agua a través de intersticios microscópicos o poros de pequeño tamaño. Estos materiales van “chupando” lentamente el agua del terreno con la que están en contacto como si se trataran de una esponja. Una jardinera, una terraza que no desagüe correctamente o cualquier otra zona que pueda acumular agua pueden causar humedades por capilaridad si están en contacto con un material poroso.

Aparte del terreno, la calle, las terrazas o las molduras pueden acumular agua y causar humedades por capilaridad.
Aparte del terreno, la calle, las terrazas o las molduras pueden acumular agua y causar humedades por capilaridad.

Cómo identificarlas – Su aspecto no difiere mucho del de las humedades por filtraciones. La mejor forma de distinguirlos es fijándose en su posición y crecimiento. Las humedades por capilaridad surgen en zonas bajas de paramentos en contacto con agua o con el terreno y la humedad va subiendo. Son independientes del viento, la gravedad e incluso del uso que se dé al edificio. Su desarrollo y avance suele ser más lento y progresivo que el del resto de humedades.

Cómo evitarlas – Al igual que con las humedades por filtraciones, la mejor forma de evitar su aparición es realizando una correcta impermeabilización del edificio en su contacto con el terreno, desde los cimientos hasta el nivel de calle. La otra opción es realizar un drenaje del agua del terreno, dándole salida por otro sitio, aunque lo recomendable es combinar ambos sistemas.

Cómo solucionarlas – Al tratarse de humedades que provienen, en la mayoría de los casos, del contacto de los cimientos y muros de contención con un terreno húmedo o con un nivel freático alto, las soluciones suelen implicar una excavación. Esta solución suele ser muy costosa, pero los daños que pueden causar estas humedades pueden ser devastadores, llegando a dañar la estructura del edificio. Si se llega a excavar hasta el punto donde surge el problema, se puede optar por barreras impermeables o sistemas de drenaje.

Barreras de impermeabilización.
Barreras de impermeabilización.
Sistemas de drenaje.
Sistemas de drenaje.

Cómo NO solucionarlas – De la misma forma que en las filtraciones, debemos entender que ocultar la humedad, incluso si antes se ha saneado el paramento, no soluciona el problema. Que dejemos de ver una cosa no significa que deje de estar allí. Trasdosados con rejillas o suelos elevados con cámaras de ventilación son soluciones temporales a un problema que sigue ahí.

Ocultación y ventilación.
Ocultación y ventilación.

4. Humedades por condensación

Ejemplo humedad por condensación superficial

Causa – Este tipo de humedad se diferencia mucho de las otras al no producirse un paso de agua, en este caso la humedad se produce por la condensación del vapor de agua del aire sobre una superficie fría, creando una serie de pequeñas gotas que al ir juntándose acaban creando una humedad. Existen principalmente dos tipos de humedades por condensación:

  • Condensación superficial – Se produce en las caras interiores del edificio, en superficies porosas con zonas de puente térmico, como ventanas y encuentros con elementos estructurales, cuando hay ausencia o insuficiencia de aislamiento en el cerramiento. También pueden surgir en estancias con alta producción de vapor como baños y cocinas, en las zonas con los materiales más impermeables, como los vidrios.
  • Condensación intersticial – Se produce en el interior del cerramiento. Se debe a la incorrecta ejecución de las capas que conforman el cerramiento o la falta de ventilación.
Los encuentros con carpinterías y elementos estructurales suelen ser puntos con puentes térmicos y, por lo tanto, tienen mayor posibilidad de que aparezcan humedades por condensación.
Los encuentros con carpinterías y elementos estructurales suelen ser puntos con puentes térmicos y, por lo tanto, tienen mayor posibilidad de que aparezcan humedades por condensación.

Cómo identificarlas – Son muy fáciles de identificar, no solo porque siempre aparecen en los mismos sitios, principalmente donde hay puentes térmicos, sino porque suelen ir acompañados de mohos y de malos olores, a veces incluso es posible ver las pequeñas gotas  de agua formadas por la condensación.

En ocasiones podemos llegar a ver la aparición de las pequeñas gotas de agua que acaban causando la humedad.
En ocasiones podemos llegar a ver la aparición de las pequeñas gotas de agua que acaban causando la humedad.

Cómo evitarlas – Con la correcta ejecución de las fachadas y sus encuentros con la estructura y las carpinterías de las ventanas. Lo que implica usar correctamente y siempre que sea necesario, una barrera de vapor que deberá colocarse siempre en el lado más cálido del cerramiento, en climas cálidos en la cara exterior del aislante y en los climas fríos en la interior. También es clave para evitar condensaciones una correcta ventilación, tanto del propio cerramiento con una cámara de aire, como del interior del edificio abriendo las ventanas de 5 a 10 minutos al día para renovar el aire.

La correcta colocación del aislamiento y de la barrera de vapor pueden evitar las condensaciones.
La correcta colocación del aislamiento y de la barrera de vapor pueden evitar las condensaciones.

Cómo solucionarlas – Si se trata de condensaciones superficiales en cuartos húmedos, entonces una limpieza y saneamiento de la zona, seguido de la correcta ventilación diaria de la zona es suficiente para repararlo. Cuando la humedad es intersticial o superficial pero a causa de un incorrecto aislamiento, entonces debemos aislar el edificio por el interior o por el exterior, evitando puentes térmicos en los encuentros más problemáticos y colocando una barrera de vapor hacia el lado correcto, como se comenta en el punto anterior.

Cómo NO solucionarlas – Comprar un deshumidificador. Aunque estos aparatos pueden mantener la humedad interior por debajo del 50% y evitar ciertas condensaciones superficiales, no servirán de mucho si el problema se encuentra en el aislamiento del edificio.

Una de las patologías más frecuentes que se produce en las fachadas son las eflorescencias. Se trata de manchas blanquecinas de aspecto irregular que aparecen en superficies que han sufrido humedad. Cuando la superficie se seca y el agua se evapora se da la cristalización de algunas sales solubles que se encuentran en el agua y así aparecen las eflorescencias.

Los principales causantes de este problema son las precipitaciones y la humedad y, por ello, para prevenir y tratar las manchas de eflorescencia será fundamental proteger las superficies frente a estos factores.

Causas y tipos de eflorescencias

Las eflorescencias, también conocidas como salitre o alcalinidad, además de un problema estético pueden suponer un peligro para el soporte en el que se encuentran, ya que pueden deteriorarlo gravemente. Generalmente, esta patología se da en superficies de hormigón, ladrillo y piedra y estos son algunos de los principales factores que provocan su aparición:

  • Materiales de construcción muy porosos que contienen sales solubles.
  • Las inclemencias meteorológicas como la lluvia y las bajas temperaturas.
  • La humedad por capilaridad o por condensación

Se pueden distinguir dos tipos de eflorescencias:

  • Eflorescencia primaria: es aquella que se forma en las obras recién acabadas como consecuencia de la humedad. Aunque su aparición suele ser inevitable, desaparecen al poco tiempo sin dejar rastro.
  • Eflorescencia secundaria: se trata de aquellas que aparecen en obras más antiguas por una mala construcción o una elección de materiales inadecuados. También pueden surgir, como hemos visto anteriormente, por la elevada porosidad o la humedad.

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Cómo prevenir y tratar la aparición de eflorescencias

Esta molesta patología se puede prevenir de diversas maneras. En el caso de superficies de nueva construcción se debe tener un especial cuidado a la hora de seleccionar los materiales adecuados. En esta fase es importante evitar el uso de aguas calcáreas y morteros con una alta alcalinidad. También es esencial respetar los tiempos de secado de cada material que se emplee en la construcción.

En el caso de superficies ya existentes es fundamental controlar la humedad. Como hemos comentado antes, tanto la humedad por condensación como la humedad por capilaridad pueden causar eflorescencias. Cada una de ellas se debe tratar de una manera distinta: en el caso de las condensaciones la solución es aplicar un sistema de aislamiento térmico; mientras que para tratar la humedad por capilaridad se necesitará una mejora constructiva, ya que estas provienen del subsuelo.

eflorescencias

Sin embargo, si las manchas causadas por las eflorescencias ya han hecho su aparición, entonces la medida principal será la limpieza y, posteriormente, la aplicación de una nueva medida de protección para el soporte. La manera más fácil de eliminarlas es mediante agua a presión y un cepillo, pero en ocasiones es necesario el uso de un limpiador específico para este tipo de patologías. Tras la limpieza es importante dejar que se seque bien la superficie para evitar que aparezcan de nuevo las manchas o problemas de humedad.

Para completar el proceso y evitar que vuelvan a aparecer estas antiestéticas manchas es conveniente aplicar una protección extra a la fachada con un mortero de reparación. Por ejemplo, el mortero de reparación R2 de Blatem que está especialmente indicado para la restauración de elementos prefabricados de fachadas, reparación de esquinas y cantos dañados, etc; o el mortero de reparación R4 cuya aplicación es apta para la reparación estructural del hormigón.

Para el recubrimiento final es recomendable utilizar una pintura con protección antihumedad o anticondensación como, por ejemplo, Sprint mate con conservante antimoho que presenta una gran resistencia a la intemperie, además de ser transpirable y totalmente impermeable. También se puede emplear Mar Liso con conservante antimoho, un revestimiento acrílico con excelente adherencia que es autolimpiable, impermeable y transpirable. Además, todos los colores en los que está disponible son sólidos a la luz y a la intemperie.

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